Se ha hecho parte del
imaginario popular, la imagen circense de un señor de expresión adusta y bigote
recio vestido con camisa de explorador, pantalones ajustados, botas de combate,
revólver a la cintura, un látigo en una mano
y una silla en la otra, entrando a una gigantesca jaula donde le espera un león
rugiente.
El domador hace restallar el
látigo y le muestra la parte de abajo de una endeble silla al león, con lo que
demuestra una infinita valentía de la que carecemos el resto de los mortales.
La realidad, es que un disparo
de revólver solo contribuiría a enfurecer al león. El látigo no le haría daño
alguno y la silla podría ser destrozada con un único zarpazo de la fiera.
Entonces ¿cómo se las
arregla el domador para controlar al peligroso felino? Muy simple, el sonido
del látigo distrae al león. Las cuatro patas de la silla volteadas hacia él lo
desenfocan y lo inmovilizan porque lo hacen dudar sobre cual de las cuatro patas
de la silla debe atacar primero. Con esa sencilla estratagema, el león no llega
a saltar encima del domador porque está distraído y desenfocado. El revólver es
solo para impresionar al público.
¿Acaso no les parece que la
estrategia del domador se parece mucho al discurso del candidato presidente?
Que si no van a entregar el gobierno, que si los militares no acatarán la
decisión del pueblo, que si las captahuellas son sospechosas, que si las
encuestas dicen que ganarán por diferencia abrumadora, que tienen forma de
saber por quién votaste, que si la imagen de Bolívar es de éste o de aquel
Bolívar, que si el foro de Sao Paulo es un ente mundial que apoyará al
presidente, que si gana la oposición el país se sumergirá en el caos y un largo
etcétera que resuena a diario en nuestros oídos.
No imites al león que se
distrae y desenfoca con un látigo y una silla. Te exhortamos a que mantengas la
serenidad. Con la mira puesta en el objetivo que es ganar las elecciones por mayoría
contundente. Dirige todas tus energías emocionales y físicas a lo que en verdad
cuenta: tu voto por Henrique Capriles Radonski el 7 de octubre.
No caigas en el juego del
látigo y la silla. No te desvíes del camino que hemos trazado para rescatar a
Venezuela del caos.
¡Hay un camino! Henrique
presidente.
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