martes, 31 de julio de 2012

El león, el látigo y la silla


Se ha hecho parte del imaginario popular, la imagen circense de un señor de expresión adusta y bigote recio vestido con camisa de explorador, pantalones ajustados, botas de combate, revólver  a la cintura, un látigo en una mano y una silla en la otra, entrando a una gigantesca jaula donde le espera un león rugiente.

El domador hace restallar el látigo y le muestra la parte de abajo de una endeble silla al león, con lo que demuestra una infinita valentía de la que carecemos el resto de los mortales.

La realidad, es que un disparo de revólver solo contribuiría a enfurecer al león. El látigo no le haría daño alguno y la silla podría ser destrozada con un único zarpazo de la fiera.

Entonces ¿cómo se las arregla el domador para controlar al peligroso felino? Muy simple, el sonido del látigo distrae al león. Las cuatro patas de la silla volteadas hacia él lo desenfocan y lo inmovilizan porque lo hacen dudar sobre cual de las cuatro patas de la silla debe atacar primero. Con esa sencilla estratagema, el león no llega a saltar encima del domador porque está distraído y desenfocado. El revólver es solo para impresionar al público.

¿Acaso no les parece que la estrategia del domador se parece mucho al discurso del candidato presidente? Que si no van a entregar el gobierno, que si los militares no acatarán la decisión del pueblo, que si las captahuellas son sospechosas, que si las encuestas dicen que ganarán por diferencia abrumadora, que tienen forma de saber por quién votaste, que si la imagen de Bolívar es de éste o de aquel Bolívar, que si el foro de Sao Paulo es un ente mundial que apoyará al presidente, que si gana la oposición el país se sumergirá en el caos y un largo etcétera que resuena a diario en nuestros oídos.

No imites al león que se distrae y desenfoca con un látigo y una silla. Te exhortamos a que mantengas la serenidad. Con la mira puesta en el objetivo que es ganar las elecciones por mayoría contundente. Dirige todas tus energías emocionales y físicas a lo que en verdad cuenta: tu voto por Henrique Capriles Radonski el 7 de octubre.

No caigas en el juego del látigo y la silla. No te desvíes del camino que hemos trazado para rescatar a Venezuela del caos.

¡Hay un camino! Henrique presidente.

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